Durante la feria del libro y en sus convocatorias, a menudo vemos cómo cada quién señala tales o cuales autores que gozan de menos relevancia de la que merecen en el ámbito cultural. Pero si hay un autor cuyo impacto en España ha sido inmenso, y cuya obra se encuentra arrinconada, es José Antonio Primo de Rivera.
No contentos con intentar eliminar y tergiversar el prolijo legado que dejó José Antonio, la aplicación personalísima de la infame “Ley de Memoria Democrática” empujó recientemente a la familia a exhumar sus restos, evitando así otro bochornoso espectáculo del gobierno sanchista. Tal es la inquina que perdura contra el abogado, pensador y político.
Con el ánimo de refrescar la mente a quienes desconozcan su prosa y estén, quizás, atrapados en la espiral de Nautilus intelectual en que viven, presentamos unos escuetos párrafos del famoso Discurso del Teatro de la Comedia, siguiendo el formato de las campañas de promoción de la lectura que amenizan los viajes en metro a los madrileños.
A juzgar por algunas reacciones vistas en Twitter, el troleo en cuanto al formato fue deglutido por más de uno, demostrando con sus airadas respuestas que el necio mira el dedo cuando le señalan la Luna. Sin embargo, también encontramos a quienes, ávidos de ideas originales mientras están sometidos al entorno cultural del Pensamiento Único, descubrieron de primera mano al autor proscrito y les suscitó un interés nuevo. Confiamos en que lo desarrollen, sólo podemos facilitarles la labor con un enlace.